A mediados de la década de los años 60 del siglo pasado, cierto día andaban algunas personas repartiendo una especie de folletos de mano en mano y en las casas y, en donde no les abrían las puertas, esas personas aventaban ese folleto por debajo de la puerta.
Ese folleto, más parecido a un librito de escasas hojas decía en su portada algo parecido a Cuidado padres de familia, un demonio rojo nos acecha. A pesar de que esto sucedió ya hace muchos años recuerdo muy bien esa frase del demonio rojo, porque en el interior del folleto se alertaba a los padres de familia para que cuidaran más a sus hijos ya que ese demonio rojo lo primero que haría sería robarse a sus hijos, quitárselos para llevárselos lejos de sus casas.
Con el tiempo, papá y mamá nos aclararon a mis hermanos y a mí de qué se trataba lo que decía aquel folleto, indicando mi papá que todo se debía al problema entre la hermana República de Cuba, la bella, y los Estados Unidos, porque como el comandante Fidel Castro Ruz estaba recibiendo ayuda de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la hoy desaparecida URSS, era que el gobierno gringo estaba alertando a lo que consideraba desde siempre como su patio trasero, es decir, a Latinoamérica, sobre una posible influencia de la URSS en los demás países al sur de la frontera de los USA, ya que el bloque soviético había adoptado un sistema socialista como el primer escalón para después pasar al comunismo; algo que los Estados Unidos consideraban como lo peor que les podría ocurrir a sus países aliados.
Así que, por lo mismo, se emprendió una campaña para desprestigiar aquel sistema empleado por los rusos y ahora adoptado por Fidel Castro, lanzando infinidad de programas de desinformación y manipulación para asustar a quien se dejara asustar con la posible llegada del socialismo y después del comunismo. De ahí que, lo primero era alertar a los padres de familia afirmando que ese sistema de gobierno lo primero que haría era quitarles los hijos a los padres de familia.
Sin embargo, y afortunadamente, precisamente en el año de 1964, al estar cursando un servidor el sexto 6° año de primaria, en una escuela en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, la profesora de nombre Maurilia, que era una señora ya mayor a la que le atribuía una edad como la de mi abuela materna debido a que uno de sus nietos estaba en el mismo salón de clases, cuando salió este tema del demonio rojo debido a que uno de los alumnos le platicó a la maestra que sus papás se habían asustado mucho cuando leyeron un librito que les habían dado, a su papá en su trabajo y a su mamá en la tienda o en la tortillería, la profesora nos dijo en clase que no nos asustáramos y que les dijéramos a nuestros papás y mamás que eso no era cierto, que nadie, y menos ningún gobierno se atrevería a tener que soportar a muchachos vagos, burros, malcriados y que no les gustaba bañarse y menos, tener que alimentarlos.
Pasado algún tiempo y ya estando en la secundaria, por algún motivo surgió este tema durante la materia de geografía porque al mostrar el profesor un mapamundi, la URSS resaltaba en color rojo y, tal vez en varios de los alumnos seguía predominando aquello del demonio rojo, por lo que al preguntarle al profesor el porqué del color rojo, nos dijo que si no habíamos puesto atención como en programas de televisión a los buenos se les pintaba de azul y a los malos de rojo, ya que los buenos eran los gringos y los malos los rusos.
Al preguntar uno de los alumnos si era cierto que los rusos se llevaban a los niños quitándoselos a sus padres, este profesor nos dijo que no era así, sino que en su sistema educativo se les veía a cada alumno sus capacidades de aprendizaje para determinados oficios, pues hay quienes nacen para ser muy truchas para las matemáticas, para la construcción, para la mecánica, para trabajos manuales e incluso para los deportes, por lo que en ese sistema se encausaba a los niños para los que eran más adeptos, por lo que el Estado se hacía cargo de su educación, pero que era necesario el tener que internarlos en escuelas especializadas en cada profesión, pero con el conocimiento de sus padres y madres.
Por lo que se ha visto a lo largo de la historia de la humanidad, y sin denostar a nadie en lo absoluto, queda claro que sí hay gente que nace para diseñar edificios y otros para edificarlos; otras personas para diseñar máquinas y todo tipo de aparatos y otras para hacerlos y otros para darles uso y mantenimiento, etcétera.
Sea pues. Vale.